top of page
Buscar

Sobre el imperativo al goce

  • Foto del escritor: Sebastián Ortiz Olivares
    Sebastián Ortiz Olivares
  • 6 feb 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 26 may 2024

Sebastián Ortiz Olivares, Psicólogo


Con el transcurso de los años, los trastornos depresivos han aumentado considerablemente en distintos países. Chile no ha sido la excepción. De hecho, lidera algunas de las tasas más altas en la región latinoamericana y de los países de la OCDE, como por ejemplo el aumento de suicidios en adolescentes. A mi juicio, refleja también una arista importante del malestar social que estalló en octubre, pero que no ha recibido la suficiente atención y como suele ser costumbre, ocupa un lugar muy secundario en el debate público.


Hay autores que han reflexionado sobre el neoliberalismo y depresión. En base a algunos planteamientos de Michel Foucault, se ha argumentado que hoy en día el sujeto se ha convertido en una suerte de: “empresario de sí mismo”.


Otra arista relevante es el desarrollo de la modernidad y los crecientes procesos de individualización que describe Zygmunt Bauman. Para Bauman, la “individualización” consiste en transformar la identidad humana de algo “dado” en una “tarea”, y en hacer responsables a los actores de la realización de esta tarea y de las consecuencias de su desempeño. Es más, la idea de progreso ha puesto el énfasis (junto con la carga de responsabilidad) en la autoafirmación del individuo.


Por otro lado, de acuerdo a Byung-Chul Han, hay un cambio de paradigma desde la sociedad disciplinaria a la sociedad del rendimiento que sitúa entre el siglo XX y el siglo XXI, respectivamente. Para ello, también analiza la idea del panóptico, para plantear que actualmente experimentamos un panóptico más bien digital que se sustenta en la transparencia, en la exhibición y la colaboración de los mismos sujetos.


En ese sentido, Según Han, la sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino una sociedad de rendimiento. Tampoco sus habitantes se llaman ya: “sujetos de obediencia”, sino: “sujetos de rendimiento”, señala. Para Han, si la sociedad disciplinaria producía “locos y criminales”, la sociedad del rendimiento produce depresivos y fracasados.


El hombre depresivo es aquel que se explota a sí mismo. “El lamento del individuo depresivo, “nada es posible”, solamente puede manifestarse dentro de una sociedad que cree que “nada es imposible”. “No poder – Poder más” conduce a un destructivo reproche de sí mismo y a la auto agresión. Las enfermedades psíquicas de la sociedad del rendimiento constituyen precisamente las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica (Byung-Chul Han, en la sociedad del cansancio).


Ahora bien, para Slavoj Zizek precisamente el problema ya no se trata de las prohibiciones sociales. A partir de una perspectiva más psicoanalítica, Zizek reflexiona que hay en la época actual un imperativo al goce. Es decir, ya no se trataría de prohibiciones o restricciones que impidan “gozar” libremente, sino que el problema más bien es como “liberarse” del mandato al goce. Dicho de otra manera, de la culpa del exceso de goce, hay una culpa de no gozar lo suficiente.





 
 
 

Comments


Publicar: Blog2_Post
bottom of page